En el marco del Día de la Seguridad Vial, que conmemoramos el 10 de Junio, y bajo el lema “Todos debemos ser alumnos de la Educación Vial”, el Ing. Raúl Cuevas nos brinda reflexiones acerca de la temática.
La provisión a una sociedad de la seguridad en el tránsito comprende actividades destinadas al usuario del camino, al vehículo y al sistema vial. Es usual que se cite a estos componentes como el “triangulo”, “trilogía”, etc. de la seguridad vial y es también habitual que se agregue que el ser humano (como peatón, ciclista, pasajero o conductor) es el causante principal de los accidentes, arriesgando en algunos casos valores porcentuales.
El Profesor Emérito de la Universidad de Toronto Ezra Hauer expresa su atinado criterio en “dos mitos y una tesis” que: “hay una extendida creencia de que los choques son causados por los conductores, los obvios remedios son: mejor entrenamiento y educación, otorgamiento más estricto de licencias de conducción, controles policiales más severos, multas más elevadas, revocación de licencias en el lugar, y medidas similares. Es natural inculpar por lo malo de los choques a los conductores. Pero es decididamente incierto que la mayoría de los choques comprenda a los ‘malos conductores’.”
Ni se deduce que las medidas orientadas a los conductores sean la única o más efectiva forma de reducir los choques futuros. Cuando la dura reprimenda de los ‘malos conductores’ es la respuesta básica de un gobierno a la mayoría de los problemas de seguridad vial, ello es signo seguro de que la seguridad vial está considerada principalmente como un problema de relaciones públicas.
El argumento de que uno también necesita prestar atención a caminos y vehículos más seguros, no corta mucho hielo.
Asimismo agrega que: “La acción efectiva debe dirigirse conjuntamente al elemento humano, al vehículo y al camino.
El diseño vial puede reducir la incidencia del error humano, puede reducir la posibilidad de un error humano que termine en un choque, y puede menguar la gravedad de las consecuencias de choques iniciados por un error humano.”
Por lo tanto, “El sello de un comprensivo programa para proveer seguridad vial es la equilibrada atención a los usuarios, vehículos y camino”.
Es precisamente en este área donde los ingenieros viales formados en la Universidad Nacional de Santiago del Estero, juegan un rol importante y decisivo respecto a la seguridad vial, ya que por medio de los conocimientos y criterios que adquiere en su formación puede analizar y evaluar las mejores alternativas de diseño, ya sea de vías rurales o urbanas, aportando las mejores condiciones de plataforma que permitan reducir la incidencia del error humano.
Finalmente y citando nuevamente al Profesor Hezra Hauer: "Una carretera es un producto hecho para el uso humano. Se sabe que este producto a menudo es peligroso para la salud".